jueves, 26 de noviembre de 2015

Lectura exploratoria de "El cerebro adicto"

UNIVERSIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA DE MÉXICO
SUBSECRETARÍA DE EDUCACIÓN SUPERIOR

Curso Propedéutico
Actividad #1

 “Lectura y escritura exploratoria”


Asesor(a): Baldemar Ríos Ortíz
Alumna: Carolina Montenegro Jimenez


El cerebro adicto
Las adicciones han variado su definición conforme el tiempo ha avanzado, si bien antes se pensaba que las adicciones eran por voluntad propia (falta de voluntad y poca moral), hoy en día se sabe que hay procesos bioquímicos en el cerebro que favorecen la dependencia, por lo que podemos definir que las adiciones son como una enfermedad crónica que se caracteriza por el abuso compulsivo de un objeto o sustancia; el entender las adiciones como enfermedad nos permitirá emprender un tratamiento que si bien no será curativo del todo, nos permitirá mejorar la calidad de vida.
Alrededor de la década de 1930, se comenzó con el estudio de la conducta adictiva, se consideraba que las adiciones eran un problema moral y no de salud, por lo que se castigaba y etiquetaba negativamente a las personas con alguna adicción, y no fue hasta apenas la década de 1990 que ha empezado a cambiar la perspectiva hacia las adicciones. Hoy en día se considera una enfermedad debido al descubrimiento de que las drogas causan una modificación en la estructura, química y funcionamiento del cerebro.
La nicotina es una sustancia adictiva presente en el cigarrillo, el consumo crónico del tabaco puede causar enfermedades como el cáncer de pulmón, enfisema pulmonar, y otras patologías pulmonares y cardiovasculares, debido a la gran cantidad de toxinas que contiene.
El alcohol es otra sustancia adictiva y dañina, ya que puede causar alteraciones en varias partes del cerebro como el cerebelo encargado de la coordinación del movimiento, la corteza cerebral, el hipocampo encargado de la memoria y el aprendizaje, etc.
La marihuana al igual que el alcohol puede causar alteraciones en la memoria y el aprendizaje, además de que puede aumentar el riesgo de psicosis en personas susceptibles.
Los inhalables (pinturas, pegamentos, aerosoles, etc), causan alteraciones en el funcionamiento del corazón, pulmones, riñones y cerebro.
La cocaína es una droga que estimula el sistema nervioso simpático, su consumo en altas dosis en una sola sesión puede causar alteraciones graves en el sistema cardíaco, respiratorio, nervioso y digestivo.
La primera etapa de esta enfermedad comienza cuando la persona consume la sustancia para alcanzar la euforia, y puede avanzar conforme el consumo se va haciendo crónico. Conforme la enfermedad avanza el cerebro comienza a adaptarse a los efectos de las drogas y comienzan los primeros signos de dependencia: consumir la droga de manera regular, imposibilidad de dejarla, gastar en droga más de lo que se tiene, extralimitarse para obtener droga (incluso robar) y sentir que se necesita la droga para funcionar cotidianamente.
Las drogas causan sus efectos alterando el sistema de comunicación y afectación neuronal; algunas drogas como la marihuana y la heroína (opioide) son parecidos a neurotrasmisores naturales que al unirse a su receptor (como una llave en la cerradura) causa un efecto; otras drogas como las anfetaminas y la cocaína pueden aumentar la secreción de estos neurotrasmisores para potenciar sus efectos.
La mayoría de las drogas interfieren con la actividad de un neurotransmisor llamado dopamina, que desempeña un papel fundamental en las sensaciones de placer. Así, cuando falta la droga el cerebro ya no cuenta con dopamina suficiente (la secreción natural disminuye debido a la producción excesiva que se general al usar una droga) y la persona deja de disfrutar cosas naturalmente placenteras, lo que conduce a la apatía y a la depresión.
Conforme la enfermedad progresa se va desarrollando tolerancia a la droga, el cuerpo necesita cada vez más una dosis mayor para producir la cantidad necesaria de dopamina para causar le mismo efecto. Si el consumo no continúa se presenta el síndrome de abstinencia con síntomas como ansiedad, irritabilidad, náuseas, insomnio, episodios de sudoración, temblores y psicosis, y puede llevar a la muerte.
Se requiere la interacción de factores genéticos y ambientales para desarrollar la enfermedad; entre los principales factores de riesgo se encuentran: conducta agresiva temprana, habilidades sociales deficientes, ausencia de supervisión paterna, compañeros o amigos que abusan de sustancias, disponibilidad de la droga y pobreza. Los principales factores de protección son: cohesión comunitaria, vigilancia y apoyo de padres, autocontrol, relaciones positivas, información y políticas en contra del uso de drogas.
Para que se desarrolle una adicción importa igual lo adictiva que sea la droga, su disponibilidad y lo aceptable que la considere la sociedad. Entre los humanos hay tres veces más adictos a la nicotina que a la cocaína y esto tiene que ver con que la nicotina (tabaco) es más fácil de adquirir y su consumo es más aceptado por la sociedad. El alcohol es otra droga de fácil acceso y mejor aceptación social, entre el 10 y el 15% de las personas que beben desarrollan la dependencia. La primera vez que bebemos el efecto es fuerte. Luego crece la tolerancia y aunque mucha gente controla su uso, ese control se pierde en los adictos.
Los adolescentes suelen tomar sus decisiones a partir de las emociones y no del juicio y el raciocinio, por lo que es más probable que abusen de las sustancias. Los adolescentes tienen un riesgo mayor de desarrollar dependencia, el punto de cohorte es a los 17 años, aunque para la marihuana el riesgo va hasta los 26 años.
La adicción sin sustancia supone un mecanismo similar en la producción de dopamina, como en las adicciones a sustancias; por ejemplo, la adicción a la comida, al sexo, a los juegos de azar, a las redes sociales, etc.
Aproximadamente 60% de las personas con problemas de abuso de sustancias tienen también una enfermedad psiquiátrica. Este tipo de personas confunden el efecto de las drogas con la solución de sus problemas. El uso de drogas como la mariguana en edades tempranas aumenta el riesgo de depresión. Algo similar sucede con la esquizofrenia, cuyo riesgo aumenta entre una y siete veces en quienes empezaron a fumar mariguana antes de los 25 años.
Todas las adicciones pueden tener graves consecuencias para la salud y las relaciones humanas y, por tanto, para el bienestar personal, familiar y social. Siendo adicto se corre también el riesgo de sufrir o infligir a otras personas algún daño no intencional, o de incurrir en actos de violencia o delitos por influencia de las drogas o de la abstinencia. Para que un tratamiento sea efectivo se deben entrenar los circuitos neuronales de las recompensas naturales. Algunas personas pueden requerir tratamiento con fármacos, terapias cognitivo-conductuales o intervenciones motivacionales. El tratamiento debe ser individualizado con una terapia multidimensional.
La prevención es el mejor tratamiento, debemos evitar factores de riesgo, situaciones negativas y enaltecer las situaciones positivas y lo que promueve un ambiente saludable para reducir el riesgo de abusar de una sustancia. Se debe tener mayor énfasis en la prevención enfocada al adolescente, ya que estos tienen un mayor riesgo de padecer alguna adicción.
Podemos concluir que existen adicciones a sustancias y a no sustancias que causan un fin común que es la producción de dopamina, una hormona relacionada con la euforia. Hay múltiples sustancias adictivas tenemos como ejemplo, las de más fácil acceso, la nicotina que la encontramos en el tabaco y el alcohol. Para que se desarrolle la adición debe haber una interacción entre factores de riesgo genéticos y ambientales, luego la adicción se desarrolla como una enfermedad crónica que causa dependencia y que conforme avanza el tiempo se va generando tolerancia que obliga a las personas a consumir cada vez más una cantidad mayor de sustancia, potenciando así sus efectos nocivos. La prevención nos puede ahorrar tratamientos, enfermedades (respiratorias, cardíacas, renales, digestivas y psiquiátricas) y mantener una calidad de vida en todos sus contextos familiar, social y personal.



Referencias
Guerrero Mothelet, V. (2013). El cerebro adicto. ¿Cómo ves?, N°. 177, (Pp. 10-14) México: UNAM. Recuperado el 26/11/15, de: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto

Ø  ¿por qué has elegido ese tema?
Es un tema de salud pública muy importante e interesante, estoy relacionada con el tema por eso decidí por esto, pensé que la comprensión seria mayor y de una manera más fácil.

Ø  ¿de dónde partiste para empezar a escribir?

Empecé escribiendo una introducción del tema en el que incluía una definición del tema principal que es las adicciones, un panorama del contexto social en tiempos pasados y hoy en día, una introducción de las principales sustancias adictivas y sus efectos nocivos.